La prensa francesa es uno de los métodos más simples y nobles para preparar café de especialidad en casa. Pero, aunque parezca fácil, hay algunos detalles que pueden marcar la diferencia entre una taza rica… y una bastante amarga. Si querés saber si lo estás haciendo bien (o mejorar lo que ya venís haciendo), seguí estos pasos sencillos.


☕ 1. Elegí un buen café y molido adecuado

Usá café de especialidad recién molido o molido grueso (como sal gruesa). Si usás café muy fino, el resultado va a ser amargo y turbio, y además va a costar más presionar el émbolo.

Consejo: Si no tenés molinillo, pedilo "para prensa francesa" al comprarlo.


🧪 2. Medí las proporciones de forma simple

Para lograr una taza rica y equilibrada, no hace falta una balanza. Podés usar esta guía casera:

🥄 Medida general:

  • Usá 1 cucharita de café molido (colmada) por cada 100 ml de agua.

📏 En la práctica:

  • Para una taza grande de 250 ml:
     👉 Usá 2 a 2½ cucharitas colmadas de café molido.

  • Para un pocillo chico (tipo jarrito de bar, 120 ml):
     👉 Usá 1 a 1½ cucharitas colmadas.

☝️ Consejo: Siempre que puedas, mantené la proporción y ajustá según tu gusto. Si te queda muy fuerte, bajá media cucharita. Si está muy aguado, subila.

 


💧 3. Usá agua caliente, no hirviendo

La temperatura ideal está entre 90° y 96°C.
Cuando el agua hierve, esperá 30 segundos antes de verterla.
El agua demasiado caliente quema el café y genera sabores ásperos.


⏱️ 4. Tiempo de infusión: 4 minutos

  • Agregá el café molido en la prensa.

  • Verté el agua caliente cubriendo todos los granos.

  • Revolvé suavemente con una cuchara de madera o plástico.

  • Tapá con el émbolo sin presionar.

  • Esperá 4 minutos. Ni más, ni menos.


🔽 5. Presioná despacio

Después de los 4 minutos, bajá el émbolo con calma, sin apurarte.
Un descenso parejo asegura que el café se filtre bien y no se revuelvan los sedimentos.


🥄 6. Servilo al instante

El café no debe quedarse en la prensa después de filtrado.
Si lo dejás ahí, sigue extrayendo y se pone amargo.
Servilo en una taza o pasalo a un termo para conservar su sabor.


🙌 BONUS: ¿Cómo saber si lo hiciste bien?

  • El sabor es suave, aromático, sin amargor agresivo.

  • No sentís arenilla ni restos en la boca.

  • Disfrutás más de una taza, sin necesidad de azúcar.


¿Querés seguir aprendiendo?

Te invitamos a leer nuestra nota:
👉 Qué es el café de especialidad y por qué todos hablan de él


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